ANDANZAS
Jamie Bischof llega a Guatemala en 1960. Expone sus obras por primera vez en el Salón Acuña de la Escuela Nacional de Artes Plásticas en 1970 y pronto se incorpora a la escena artística de ese momento.
De 1970 a 1984 pintó abstracciones en blanco, negro y gris en lienzos con formas que ya eran una especie de montajes ambientales y también hizo esculturas en aluminio doblado a mano sobre estructuras de madera. Sus obras fueron atesoradas por muchos amigos del arte que valoraron la frescura de su lenguaje. Fue una de las pocas mujeres que alzaban la voz para proponer una gramática visual que provenía de un interior sensible, bien poblado por una sólida educación y una voracidad lectora.
En 2007, tras cerca de 25 años de silencio, decidió volver a sus andanzas y, llena de fuerza creadora, el caudal de su producción no ha mermado desde entonces. Ha tenido exposiciones anuales y una constante participación en muestras colectivas. Llevamos dos décadas disfrutando su fluida y diversa producción escultórica con piezas principalmente hechas de aluminio, aunque hubo una serie donde utilizó también madera y otra, tubo de poliuretano.
Con las horas de horas produciendo en su taller ha ido calmado una imaginación desapacible e incansable y ha logrado encaminar sus formas en el material y siempre ha sabido que cada obra propone un límite que solo se supera en el nuevo reto de una siguiente. La contundencia de sus piezas se le ha impuesto con la seguridad de una certeza inapelable y, en repetidas ocasiones, ha comentado cómo visualiza totalmente una obra antes de hacerla.
Sus esculturas muestran una geometría de ángulos rectos, intencionalmente dislocados, donde la construcción y la ruptura, la composición y la descomposición, lo medido y lo no medido, lo consciente y lo inconsciente convergen. Jamie ha dicho varias veces: “Estoy enamorada del aluminio porque siento que hace algo que lo otros medios no hacen, invita a entrar… entramos en él cuando sale nuestra imagen”. Este metal, por carecer de color y reflejar el entorno donde se encuentra, proyecta la totalidad del color y absorbe a quien lo mira.
En forma semejante al aluminio, su personalidad nos acoge. Su calidez de mujer, esposa, madre, artista, amiga llena a quienes tenemos la dicha de conocerla y tratarla. Su elegancia se ha caracterizado por la mesura porque, con poco, siempre ha dicho mucho.
s. herrera u.
enero, 2024